Puente del Pilar del año 1990 nos dirigíamos de acampada al rãío Cuervo (Cuenca) sobre la una o una y cuarto de la mañana habiendo sobrepasado las lagunas del marquesado, y cayendo una ligera llovizna, en una recta de la carretera cm 2106 en dirección a Valdemeca mi cuñado se gira y me dice: "¿qué es esa luz?", y me señala a la derecha de la carretera en lo alto de un pequeño monte, me giro y veo una luz blanca muy brillante que parece estar parada en lo alto de dicho monte. Le contesto: "no lo sé, será un coche", a lo que él me contesta que "cómo va a ser un coche si está encima de la montaña", a lo que le replico: "pues no sé, será la guardia civil con focos...?" En ese momento esa luz salió disparada y se nos puso delante enfocándonos con una luz muy intensa pero sin deslumbrar, siempre se mantuvo a la misma distancia y altura (mirando desde dentro del coche en la posición del conductor la luz se veía a unos tres dedos por debajo del marco superior del parabrisas) mientras estaba delante nuestra, esa luz de repente se apagó y apareció en un segundo detrás nuestro. Ahí se mantuvo unos segundos para volver a pasar a la parte delantera del vehículo, entonces se encendieron dos focos blancos muy potentes pero que no deslumbraban, sólo enfocaban al coche, no iluminaban la carretera, esas luces de repente empiezan a realizar cosas para mí entonces extrañas: de los dos focos se apagaba por ejemplo el de la derecha, mirándolos de frente luego se encendía el de la derecha y se apagaba el de la izquierda, seguidamente el foco que estaba encendido se apagaba quedando a oscuras para encenderse de nuevo pero solamente medio foco. Ejemplo, desde la perspectiva del coche se quedaba encendido la mitad derecha del foco, la otra permanecía a oscuras, luego la mitad derecha del foco se apagaba y se encendía la izquierda. Esto pasó con los dos focos de forma independiente, luego se encendieron los dos focos y empezaron a parpadear de forma similar a como se comunican los barcos con los focos, creo que como morse. Así estuvo durante por lo menos 2 kilómetros. Al llegar a un punto concreto de la carretera se apagaron las luces y aparecieron a la izquierda del coche en el suelo como a unos 30 metros en un pequeño valle al que se podía bajar por un pequeño camino de tierra, seguimos sin parar y cuando creíamos que ya no nos seguía al girar una curva a la derecha vimos una luz muy potente que alumbraba en línea recta hacia el monte, no a nosotros y en ese momento se veían al fondo como a un kilómetro y medio o dos las luces de la aldea de Valdemeca. Esas luces ya no nos siguieron, se quedaron en la curva. En el coche estábamos mi ex mujer, mi ex cuñado y entonces su novia, mi hijo de dos años, todos estaban muy nerviosos, las mujeres llorando, a mi cuñado le temblaban las piernas, yo quise parar y hacer una fotografía pero no me dejaron, ya que entraron en pánico. Cuando llegamos a Tragacete fuimos a la comandancia de la guardia civil para decirlo y el policía que nos atendió nos dijo que no era su zona y que no podían ir. Otro dato es que el coche, un Chrysler 150, no podía pasar de 60 kilómetros por hora. En el momento del avistamiento yo personalmente no estaba nervioso, más bien asombrado, por lo que estaba sucediendo y porque no me dejaban parar el coche para ver realmente qué era eso. Pero no sé por qué motivo no puedo olvidar ese hecho aún después de tanto tiempo. Nota: no sé si esto tendrá relación pero unos meses después, en la cara, entre el pómulo derecho y la nariz me empezó a aflorar como si fuese una punta de algo que me hubiese clavado y al sacármelo salió una especie de rectángulo con apariencia de plástico de color amarillo y no más grueso que un sello de tacto sólido y rígido y un tamaño de unos 4 a 7 milímetros de largo por 3 0 4 de ancho.